LAS CONSTELACIONES FAMILIARES, fueron desarrolladas por Bert Hellinger hace más de 20 años. En realidad, Bert reconoce que él aportó varias cosas importantes a lo que ya desde antes existía, dando lugar a lo que son actualmente y por lo que se le considera el Padre de esta Técnica Terapéutica Sistémica. Sus primeras experiencias, que lo llevarían al desarrollo profundo de las Configuraciones Sistémicas Familiares, se dieron cuando fue misionero Jesuita en Sudáfrica, con las tribus Zulúes. Ahí conoció otro tipo de relación humana que implicaba un sentido de respeto mutuo, por ejemplo: nunca dejar en ridículo a otra persona, de manera que pueda conservar su dignidad; cómo los padres tratan a sus hijos y cómo hacen valer su autoridad con toda naturalidad; y como los hijos respetan a los padres de tal forma que jamás hablan con desprecio de ellos; y de su gran respeto por los ancestros.
Se les llama “Constelaciones Familiares” porque se busca restablecer el Orden en el Sistema Familiar, tal como se da en los Sistemas Solares y planetarios del Universo aunque tal vez convenga aclarar que el nombre de Constelaciones es una mala traducción del alemán y que más apegado a la traducción real sería: posicionar, configurar.
Sus aportaciones más importantes a la mirada sistémica, principalmente en la familia de origen, las cuales la sitúan dentro de las técnicas terapéuticas más profundas y completas que existen, son las siguientes:
LOS ÓRDENES DEL AMOR. Son las condiciones a tomar en cuenta para conseguir que el Amor crezca y prospere sin impedimentos en todas nuestras relaciones, iniciando en la Familia de Origen.
Bert encontró que bajo todo comportamiento, por muy extraño que nos parezca, actúa el amor (generalmente un amor infantil) y por ese amor, rompemos o no respetamos un Orden existente en la Familia. Es en el amor donde se encuentra el camino de la solución.
DERECHO A LA PERTENENCIA. Bert descubrió que aquello que separa como aquello que une en la red familiar, tiene que ver con que cada miembro tiene el mismo derecho a la pertenencia. Este es un derecho fundamental que cuando no se respeta acarrea consecuencias, algunas veces desastrosas para los miembros de esta red, como sería cuando excluimos, apartamos u olvidamos a alguien, como en el caso de una persona que por razones morales, es considerada indigna de pertenecer a la familia, o cuando alguien ocupa el lugar de otro miembro de la familia y por lo tanto no es el que le corresponde. Esto ocurre cuando ya no se quiere saber nada de él, porque su suerte cause temor, o tan sólo es olvidado, como en un aborto. La injusticia de la exclusión se expía en la red familiar, llevando a que otro miembro del sistema, sin darse cuenta, represente a la persona excluida u olvidada, reavivando sus sentimientos y su suerte.
Desde nuestra concepción, pertenecemos a un determinado sistema de relaciones que, con el tiempo, va ampliándose en círculos concéntricos, siguiendo un orden cronológico. Estos son los grupos y relaciones de los que formamos parte a lo largo de nuestra vida, sea porque nos corresponde ó por libre elección, estos grupos son:
1. La familia de origen, es decir, nuestros padres y hermanos
2. La red familiar, formada por todos los demás parientes
3. Las relaciones de amistad
4. La relación de pareja
5. Las relaciones con nuestros hijos
6. La relación con el mundo como un todo.
Bert encontró tres fundamentos o bases en todos nuestros sistemas relacionales y se aplican en un 100% a las Configuraciones Sistémicas Familiares y parten de los Órdenes del Amor:
1. LAS VINCULACIÓN
2. EQUILIBRIO ENTRE EL DAR Y TOMAR
3. ORDEN Y JERARQUIA.
La Vinculación.- Es la Integración del niño a su Sistema de Origen, sin cuestionamientos, con fuerza y con sus consecuencias. El niño vive esa Vinculación con amor y felicidad, independientemente de si en ese grupo podrá desarrollarse favorablemente o no y sin tomar en cuenta quienes o cómo son sus Padres. El niño sabe que pertenece ahí y ese vínculo es por amor, aunque un amor primario. Esta vinculación es tan profunda que el niño esta dispuesto a sacrificar su vida y su felicidad para proteger al sistema.
Es la más fuerte de estas tres necesidades. Es ahí donde opera la Conciencia más fuertemente, debido al sentido de pertenencia natural que tenemos.
Equilibrio entre el Dar y Tomar. Esto hace posible el intercambio en las Relaciones Humanas. En cuanto el equilibrio se consigue la relación puede darse. Este intercambio entre dar y tomar crea Vinculación. Es decir, habiendo recibido algo del otro por muy bello que sea, perdemos algo de nuestra Independencia.
Entre mayor es el intercambio, mayor es la Vinculación y viceversa, un intercambio reducido dando y tomando muy poco origina menor vinculación.
El intercambio que más vincula es la Sexualidad con Amor ya que el Sexo es el canal de Creatividad y Vida.
El Orden y la Jerarquía. Es la tercera condición básica para conseguir unas Relaciones logradas en los Ordenes del Amor.
El Orden se refiere a como fluye el amor de padres a hijos, de ancestros a descendientes, de igualdad en la misma línea generacional y, por último, la jerarquía. La Jerarquía está dada por:
1.TIEMPO. La llegada al sistema familiar.
2.PESO. Cuánto pesa dentro del sistema.
3. FUNCIÓN. Las Configuraciones nos muestran cual es nuestro Buen Lugar en la Vida que no es necesariamente el que quisiéramos. Las Configuraciones Sistémicas Familiares nos develan las dinámicas ocultas para poder reconocer lo que es, logrando así una mirada del amor que enferma y del amor que sana en el sistema.
